Raúl y Jairo


-          La última olla de sopa que estaba en la mesa se dañó, porque que le cayó una cucaracha. ¿Cómo mierda pudo entrar ese bicho ahí? Como hay tanto pa’  comé’ dijo Raúl en tono irónico.
-          Fue mi culpa, se me olvido taparla- dijo Jairo- pero mira: todavía quedan esto’ grano’ de maí' que cambié por la última burra sarnosa que nos quedaba.
-          Sí, que gran negocio fue ese, gil.  Se me fue la liebre ayer al mandarte a negociar nuestro último chance pa´ come, pero bueno algo se podrá hacer con ese maí. Igual pa’ morirse de hambre se necesita más de un día, Ve a sembrarlas al patio, Jairo.

Al  siguiente día, en el patio surgió  una mata sorprendentemente… Grande. Jairo al ver la gran sombra que cubría la casa llamó a Raúl de forma desesperada  y éste vino corriendo rápidamente.

-          Cómo es posible que creciera de un día para otro. Jairo ¿qué le echaste o acaso te la measte? - dijo Raúl 
-          Qué importa eso ahora, sólo mira que grande.  Pensaste que había desperdiciado a la burra, además tú si querías esa burra maluca, hasta comías con ella- dijo Jairo entre risas.
-          Cállate ya que tal si la escalamos, tal vez encontremos un gigante. Y  podamos robarle la gallina de los huevos  de oro. Sí que seremos ricos. ¡Nojoda!

Decidieron subir, atados a una cuerda el uno del otro, pero cuando iban llegando, uno de ellos resbalo y ambos cayeron. Tanto, así que murieron con la duda de saber que habitaba en aquella gran mata.
           
               PD: Pero yo, lector sé que es… Habita un enano que juega a ser gigante.
                                                                                    Heinner  Paternina  caballero

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