Hay una extensísima tela resguardándome del frio y
arrojándome al infierno de las sensaciones Mi piel morena abrigo tostado
quemado por mis genes que así lo dijeron Mi tela perfectamente ajustada a mi
carne a mis huesos y a su olor a viejo Esos huesos son lo más antiguo de mí
Mundo perfecto ocaso constante de los días que me tiñen alegrías y tristezas Mi
tela que es el lienzo de las caricias y el receptáculo preciso de los golpes de
otra tela que recubre otros huesos que han de golpearme toda por una pasión o
por aberrante odio Esta piel que ostenta miles de bombas repletas de todas las
sensaciones de estar vivo Mi piel que oscurece y se aclara Se eriza si la toca
esa otra tela negra blanca amarilla rosada
las otras telas las otras
bombas ¿el estallido de las
bombas-sensaciones lo has sentido Te ha explotado toda la piel cuando te toca
la piel de otras manos Has ensordecido Cierto? cuando la piel se hace autopista
de caricias y agradeces al universo todos esos accidentes que ocurren para que
puedas envolverte suave en la crueldad de sentir a boca llena La piel esa gran
puerta llena del polvo del camino llena de vellos que te anuncian el temblor subterráneo
que produce un mordisco un aruño un susurro al oído un anhelo un recuerdo o
también el fatal frio de la ausencia de esa otra piel que fascina La fina capa
que revienta el placer restregándose en otro cuerpo envuelto en más piel la
delicada piel del sexo ese otro universo sensorial escondido y vivo mucho más
vivo que la conciencia esa piel delicada suave y húmeda que pare ansiedades con
solo pensarla La piel que se toca a sí
misma La piel que se enferma palidece y se ruboriza La piel que se seca con el trasnocho de la
vida La piel que recuerda y también olvida a otras pieles que le recuerdan y
olvidan con otras caricias de otras pieles acariciables deseables
entrañablemente cálidas o frías La piel que te castiga y te libera La piel del
estigma de la vergüenza de la opulencia de la vanidad y el escondite La piel
cubierta de penas y pereza La piel altiva
escandalo divino siempre ahí aferrada a tu carne La piel y la cicatriz
esa bella marca de los viajes hacia las Ítacas el recado que todo el tiempo grita
que has vivido que el pasado siempre está vivo allí en el reino de los muertos
La piel es una gran mentira y como todas las mentiras es una cuestión meramente
urgente y necesaria Un gran cerrojo callado Una tela elástica que impide que
toda yo me desborde de carnes y me desangre al andar.
Rafaela Vega.
"La piel es...un gran cerrojo callado"
ResponderEliminarEs trabajo arduo encontrar la palabra precisa: Te felicito. Con esa precisión del lenguaje, me da curiosidad por conocerte en prosa breve. La construcción de estás imágenes que se sostienen solas me permiten pensar que serías genial en cuento corto.